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El cerebro lector

    Facilidad de lectura
    25%
    Facilidad de comprensión
    25%
    Aplicación práctica
    75%
    Valoración personal
    100%

    Año de publicación:  2018

    Número de páginas: 444

    Autor: Stanislas Dehaene

    Resumen:

    Un profundo y extenso abordaje teórico de cómo el cerebro humano aprende a leer. Basado en la corriente científica que cuenta con más rigor y consenso en el momento actual.

    En general, es un contenido denso que no incluye actividades o indicaciones prácticas directas, pero de una calidad tan elevada que se pueden extraer muchos conocimientos que sí son extrapolables a la práctica docente. Algunos de los cuales se explican a través de interesantes experimentos.

    La letra y el interlineado no son muy amplios y las páginas son muy finas por lo que se transparenta el texto del reverso. De ahí que para quienes no somos hábiles decodificando tenga una facilidad de lectura media-baja.

    Respecto a la facilidad de comprensión, aunque está bien explicado, en gran parte es un contenido complejo con ciertos tecnicismos que quizá dificulten la comprensión lectora a quienes no estén muy familiarizados con la materia.

    Pese a todo, mi valoración personal es alta porque para mí este libro es una joya que hay que leerse más de una vez para asimilar todo lo que aporta.

    Ideal para:

    Profesionales que enseñan a leer y a escribir y, teniendo ya ciertos conocimientos al respecto, quieren profundizar de manera teórica en los procesos implicados en la lectura, con la finalidad de entender por qué hacemos determinadas actividades, qué estrategias son más eficientes, cuándo hay que trabajar distintos procesos, por qué se producen ciertos errores…

    Temas tratados:

    El reciclaje neuronal que nos permite adquirir un aprendizaje artificial como es el lenguaje escrito y cómo se establece el proceso lector en las diferentes áreas o partes del cerebro.

    La comparación al leer en diferentes alfabetos e idiomas y cómo se crearon los alfabetos para facilitar la decodificación.

    Las etapas por las que pasa el lector, los procesos que intervienen y las rutas de lectura que trabajan de manera combinada en el adulto.

    El motivo por el cual todos rotamos las letras y los números en las etapas iniciales del aprendizaje.

    Los aspectos que debemos tener en cuenta al enseñar a leer y a escribir.

    Las diferencias entre el cerebro normolector y el cerebro disléxico.

    La explicación de por qué los métodos globales son menos eficientes que los métodos fonológicos.

    Algunas ideas y citas interesantes:

    • La mera exposición a las palabras escritas, sin que haya entrenamiento explícito en letras y sonidos, no es suficiente para permitir el descubrimiento de las regularidades en la ortografía.
    • Nuestro sistema visual aprende a categorizar formas de letras a través de unos rasgos de invariabilidad.
    • Para que una intervención sea exitosa los esfuerzos deben ser intensos y prolongados. Sesiones breves pero diarias.
    • Entrenar tanto la ruta dorsal como la ventral puede explicar el sorprendente éxito de los métodos de enseñanza que enfatizan en los gestos motores.
    • Nuestra mente intenta agrupar las letras que conforman una sílaba.
    • La escritura y el sonido no se codifican al mismo tiempo. Primero se activa la forma escrita y, unos 40 milisegundos después la transforma en sonido.
    • Nuestra capacidad de reconocer palabras no depende de un análisis de su forma global, aunque es cierto que leemos ligeramente más lento cuando el texto está en mayúscula.
    • Introducir letras arbitrarias, silenciosas y otras peculiaridades de manera temprana pueden hacer que los niños piensen que la lectura es arbitraria.
    • Lo que vemos depende de lo que pensamos que estamos viendo.
    • La memoria muscular permite que un paciente que perdió la lectura pudiera leer letras si se le permitía trazar sus contornos.
    • La convención y la simplificación son dos factores esenciales en la evolución de la escritura.
    • Conocer el nombre de las letras, lejos de ayudar, incluso puede retrasar la adquisición de la lectura.
    • El descubrimiento de los fonemas precede al de los grafemas, aunque el conocimiento del código escrito influye claramente en las tareas de conciencia fonológica.
    • La vía léxica y fonológica operan en paralelo y se refuerzan mutuamente. Aunque es probable que incluso este modelo de doble ruta subestime la verdadera complejidad de los sistemas neuronales de lectura. Es simplemente una aproximación útil.
    • Las dos rutas de lectura, fonológica y visual, existen en todas las culturas y están localizadas en áreas similares del cerebro. La diferencia consiste en la forma en que cada lengua utiliza esas rutas.
    • Los lectores hábiles desarrollan un léxico ortográfico en el que guardan la representación ortográfica de las palabras que han leído reiteradas veces con una ortografía correcta.
    • En la mayoría de casos de dislexia el problema está vinculado con una dificultad en la habilidad para procesar fonemas.
    • La distribución básica de la corteza y de sus conexiones parece estar desorganizada en los disléxicos.
    • La escritura en espejo ocurre en todas las culturas, aparece al inicio del aprendizaje de la escritura y desaparece rápidamente. Solo si persiste más allá de los 8-9 años habría que preocuparse.
    • La dislexia es un problema mucho menos serio para los italianos o los españoles que para los ingleses, hasta el punto de que la transparencia del sistema de escritura influye en la organización del cerebro lector. Una lengua más opaca activa principalmente áreas témporo-occipitales y áreas frontales, mientras que una lengua más transparente activa principalmente áreas auditivas.
    • Como lectores adultos expertos, subestimamos sistemáticamente lo difícil que es leer.

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