Resumen:
Es un cuento en el que se van intercalando pequeños textos que aportan explicaciones complementarias sobre la anatomía y el funcionamiento del cerebro.
La historia trata de una niña que ve lo que hay dentro de su cabeza con ayuda de un espejo mágico y, a partir de ahí, se plantea la relación entre lo físico y lo cognitivo-emocional.
Al final del libro se incluye un ejemplo de práctica guiada para trabajar la atención plena aprovechando el movimiento y la respiración.
Edad recomendada:
Para leérselo: a partir de los 4-5 años.
Para que lo lean normolectores: a partir de 6-7 años.
Para que lo lean lectores con dislexia: a partir de 7-8 años.
Ten en cuenta que son edades aproximadas. Siempre dependerá de la habilidad lectora, de la capacidad lingüística y de los intereses y necesidades de cada niño o niña.
Facilidad de lectura. Fuente y lenguaje:
Se utilizan varias fuentes aunque, en general, la parte del cuento está en una fuente sencilla tipo Arial, en minúscula, con un tamaño medio y un espaciado adecuado, siempre sobre fondo blanco o de color plano.
El lenguaje es sencillo pero no demasiado infantilizado, correcto para la edad.
Tamaño, ilustraciones y encuadernación:
Es un libro grande, de unos 25×28 cm, de tapa dura, con ilustraciones muy coloridas, agradables y representativas.
Tiene 28 páginas de cuento (todas con texto), más 2 de texto informativo introductorio y, al final, una con la práctica guiada.
Es un libro muy bonito para regalar.
Opinión personal:
A parte de que me ha parecido muy ocurrente y bonito, destacaría la simpleza a la hora de establecer metáforas para explicar cómo se produce el enfado, la memorización o el aprendizaje. Así como, el manejo de la atención y la utilidad de la respiración.
La relación entre lo físico y lo emocional nos permite fortalecer nuestro locus de control interno y hacernos responsables del timón de nuestra propia vida. En este sentido me parece un buen inicio para fomentar cuestiones como el autoconocimiento y la autorregulación.
Nazareth Castellanos es una excelente profesional a la que sigo y admiro desde hace años y con este libro es capaz de llevar a los más pequeños un conocimiento muy valioso.
Como en todo, la creatividad del adulto que comparta la lectura será esencial para sacarle chicha, ya que el libro da pie a plantear preguntas, a hacer juegos, a respirar, a sentir, a pensar…
Quizá haya algo de sesgo en que me apasione la neurociencia y admire a la autora, pero, en general, es uno de los libros infantiles con finalidad educativa que más me han gustado.
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