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Formaciones

Gracias a que muchos profesionales conocían mi trabajo a través de la formación online del Método Diverlexia, en poco tiempo empezaron a ofrecerme talleres y ponencias.

No podría describir el vértigo que esto me produjo. Hasta di algunas clases de oratoria porque me temblaban las pestañas con solo pensarlo.

El primer taller fue en Madrid, en una sala pequeña donde no había muchos participantes pero me acogieron de manera extraordinaria.

Eso sí, previamente lo pasé regular. Apenas pude dormir en varios días y los nervios y la inseguridad me devoraban el estómago.

Después participé en las Jornadas de Dislexia de Valladolid y pese a que el feedback recibido fue muy positivo y los comentarios de los asistentes no podían ser mejores, volví a pasarlo francamente mal. Tanta tensión derivó en una migraña de esas que te incapacitan y al día siguiente no podía ni pensar.

Siguieron otros cursos en Galicia, Palma de Mallorca, Ávila, Málaga… y aunque mi sistema nervioso seguía sufriendo con tal exposición, lo cierto es que la experiencia es un grado y cada vez el desgaste era menor.

Sin embargo, la preparación de cada taller me ocupaba mucho tiempo por lo que, salvo algunas formaciones online, en los últimos años no estoy realizando cursos o charlas externas.

Me cuesta decir que no y siento de verdad todos los ofrecimientos que he rechazado en este periodo. No descarto volver porque la interacción me resulta muy gratificante pero de momento prefiero poner la energía y el tiempo en otros proyectos con los que también creo que puedo contribuir.